Querida Eli, me mandaste la luz más hermosa que te puedes imaginar como estímulo creativo para dar forma a mis obras. Ya ves a partir de ahora esta luz, tú luz, ilumina mi ingenio. Cada uno de mis pensamientos, dentro de este mundo lleno de ilusiones y fantasías, me ilumina el camino de la creación para que a través de mis pinceles, como tú con tus palabras, podemos establecer una unidad entre seres sensibles a lo más espiritual de nosotros. Lo más fantástico es poder de comunicar lo que está en nosotros, lo que para nosotros es nuestra verdad, la verdad de las cosas que se sienten pero que no se ven y trasmitirlas hacia los demás a través de dos grandes dones, tú con tu pluma, yo con mis pinceles. Para los que nos entiendan es nuestro éxito, los demás, hay que darles tiempo. Gracias por tus palabras que se que salen del corazón no de tu gran conocimiento, él les da la forma dulce y apasionada tal y cómo lo que sientes dentro de ti, de lo que está en ti.
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ResponderEliminarSoy yo Vicente, quien debe agradecerte, porque tu contagiosa nobleza y transparencia, termina por conquistarnos. Por despertar en nosotros el deseo de ser mejores. Ambos, peregrinamos la expresión abstracta, intentando acercarnos al omniverso, fenómeno siempre en ciernes, concatenando lo visto con lo presentído, hasta obtener un reflejo oscuro que sume las claridades que desnudan la ceguera del éter. Pero allende el arte, eres un ser humano del cual cualquier hombre, mujer o niño podría enamorarse. Te envío el mayor de los abrazos y te agradezco la luz de un alma a todo color...
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