Cuando llegue a Valencia allá por el año 1957 o 1958 me sorprendió su olor. El Azahar era el perfume que invadía Valencia. Cuando por primera vez viví las fallas el olor de la pólvora me embriagó, era algo único, un olor que sólo se nota en esta gran ciudad. (Yo nací en Valencia, concretamente en la calle Vivóns, el número no lo sé, sólo recuerdo que era en el último piso por los comentarios de mi madre. A los pocos meses nos fuimos por trabajo de mi padre a un pueblo de Barcelona, Bañolas, allí permanecí hasta los dos años. Esto es simplemente es una aclaración para evitar confusiones, ya que sí soy valenciano, pero mi niñez y parte de mi adolescencia la pase en esa región española.) Hoy Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar. Los avances sociales, las nuevas generaciones más libres ellas, se lo han cargado, tal vez porque ahora a ellos les toca ser los modernos y ese olor a pólvora, ese olor a azahar yo no se lleva, ya no es lo suyo, ya no es progre. Ahora el olor que está de moda es el olor de los residuos corporales producidos por ingerir esa serie de mezclas de bajo precio que los jóvenes y jóvenas, modernos, la mayoría progres consumen a litros, a mogollón, de ahí la denominación “litrona”.
Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar. Ahora para su desgracia histórica, de unas fiestas que antaño fueron motivo de alegría, hoy son motivo de meadas, si meadas. Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar, valencia huele a meadas. Litros de ese líquido amarillento que sin el menor pudor riegan con él la ciudad, miles de jóvenes y jóvenas, y miles de otros no tan jóvenes y no tan jóvenas se dedican a esparcir sin el menor pudor por todas partes. Los perros, seres en que por su instinto marcar su territorio con sus gotas de pis, de ahí la cantidad de veces que lo hacen, suelen utilizar la farolas y arboles, dependiendo de la educación de sus dueños, los progres de tan nobles animales, muchos dejan que meen las paredes, esquinas y portales.
Bien, pues de ese noble animal han tomado el ejemplo los progres jóvenes y jóvenas para resolver el problema de las litronas que se meten en el cuerpo, litronas y calimochos entre otras bebidas de la peor calidad, ya que es notable que son baratas por los problemas que crean en Urgencias con sus comas etílicos. Interesa la cantidad, no la calidad, por eso son progres hoy y pobres, mañana serán progres de lujo si se dedican a la política, de no ser así, pobres de por vida.
Valencia ya no huele a pólvora, ya no huela a azahar, ahora huele a meadas, litros y litros de meadas que salen de braguetas y bragas. Ayer ya de madrugada oí unos tremendos ruidos, los clásico ruidos que se producen en un “alunizaje” y casi era así, pues el ruido era motivado por que una tropa de jóvenes y jóvenas, reventaron una puerta de un garaje para depositar en su interior los resultados de los efectos de todo lo metido en sus progres cuerpos, tanto liquido como sólido, más líquido que sólido, ya que el rio de meadas que salía de tal local e inundando la acera, era espectacular, mientras risas y más tragos para seguir meando Valencia.
Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar. Ahora huele a las meadas de esos que se llaman falleros, los que engrandecen las fiestas como los de una falla de la calle Pedro lll el Grande que ha puesto meaderos, pero con la salida del depositado a la calle, ni tan si quiera a una alcantarilla. Así que es donde ellos se toman sus bocatas, beben sus litronas, sus pies están sobre las meadas que los meaderos sueltan con la misma libertad que ellos lo hacen dentro.
Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar. Qué pena, a Valencia aún le queda un día triste, el de la “crema”. Si es triste por la contaminación que vamos a crear como cada año. Contaminación que nadie impide, la de los “ninots” de las fallas, antiguamente de cartón, hoy de corcho blanco, uno del producto más contaminante del mundo. Valencia en una sola noche será la capital de la contaminación mundial, la que más mierda tira a la atmósfera la que más caga el ambiente. Esto es el progreso, esto es ser progre, lo otro, el respeto, la educación y no hablemos de la cultura, eso ya es pasado. De seguir así pronto los veré andando a cuatro patas a esos jóvenes y jóvenas muchos no tan jóvenes ni tan jóvenas.
Valencia ya no huele a pólvora, ya no huele a azahar, ahora huele a mierda.
Vicente me has hecho recordar a Charles Aznavour en la Boheme:
ResponderEliminarQuand au hasard des jours
Je m'en vais faire un tour
A mon ancienne adresse
Je ne reconnais plus
Ni les murs, ni les rues
Qui ont vu ma jeunesse
En haut d'un escalier
Je cherche l'atelier
Dont plus rien ne subsiste
Dans son nouveau décor
Montmartre semble triste
Et les lilas sont morts
El era así......
ResponderEliminarRafael