UN LUGAR DONDE SE FORJARON GRANDES SUEÑOS Y AHORA EXPONE SUEÑOS DE AQUELLOS QUE PUDIERON HACERLOS REALIDAD.

Hace ya no sé cuantos años, una barbaridad, pues si los cuento así por encima, más de cincuenta años, tal vez más o menos por ahí, paseaba yo por ese claustro, unas veces sólo otras en compañía de compañeros de venturas y desventuras como estudiantes de las bellas artes

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El hacho de dar vueltas y vueltas por ese claustro o acercarte al pozo para poder ver el fondo y como, no darle un par de voces para que el eco contestara a tus preguntas de por qué tal o cual estatua se resistía a salir del papel, ¿que estaba fallando?, las medidas eran exactas, al línea central  mostraba que el apoyo estaba correcto, la luz no fallaba, pero algo no estaba en su sitio. Así dábamos, yo por lo menos vueltas y vueltas hasta encontrar el error y volver rápido y rectificar. Eureka, por fin, era un simple desplazamiento de la cadera producía ese fallo que destruía el trabajo de tres días y no dejaba que los difuminos y le lápiz compuesto, pudieran trabajar para concluir la faena, pues sólo quedaban unos pocos días para tener que terminarla, ya que había que empezar otra. Que decir las clases del natural, o de pintura, retrato, bodegón, paisaje, este último se podía realizar en los jardines del claustro y otras, los fines de semana yéndote al campo. El Saler, tanto las dunas de la playa como la extensa pinada fueron machacadas hasta que ya no quedara rincón alguno sin que conocieran nuestros pinceles.

Siempre volvíamos la claustro, lugar de recogimiento, una veces paseando, otras sentados el la baranda con las espalda apoyada en una de sus columnas con una sola idea en la cabeza, el querer ser el más grande y para ello había que trabajar, estatuas, modelos, cacharros de cobre o barro con mantas valencianas, botellas de cristal o como no, ese pozo donde en su interior que con nuestras voces, depositábamos todas nuestras ilusiones.

Hoy, este convento, palacio de la mas exquisita cultura de las Bellas Artes no ha cerrado sus puertas a tales muestras de las más extraordinarias exposiciónes de las Bellas Artes, al contrario, las ha ampliado a lo más extenso del mundo de las  Artes convirtiéndose en museo donde conviven con la más perfecta unión, el presente con el pasado de muchos siglos atrás. Se construyó allá por el año 1281 aproximadamente y reúne una compleja mezcla de estilo que va desde el gótico, renacentista, barroco y neoclásicos.  En 1280, se estableció en Valencia la Orden del Carmen, un año después el rey Pedro III de Aragón, concedía facultad a los padres carmelitas para erigir su primer monasterio en la ciudad.

En 1769, siguiendo el modelo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernado dentro de la corriente del periodo ilustrado español y siguiendo la tradición francesa obtuvo la denominación oficial fue la de Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos.

Debido al espectacular crecimiento obtenido con la gran afluencia de estudiantes y debido a la escasez de espacio de su anterior el estado cedió en 1838 el Convento del Carmen, donde se siguió impartiendo la docencia y pudo aumentar y realzar sus colecciones artísticas agrupadas en el museo de bellas artes y museo de antigüedades.

Es una explicación muy resumida, sólo pretendo exponer que en ese santo lugar de culto, la imaginación a través de la concentración acompañada por el silencio, fue fuente de grandes creadores de las artes donde mencionarlos me obligaría a realizar una extensa lista de nombres por todos ya conocidos.

Mi propósito es ensalzar un lugar que por su idiosincrasia, era el ideal para el estudio de este sacrificio como es la entrega de por vida al arte, muchos se quedaron en el camino, otros tuvieron grandes éxitos y los muchos, estamos inmersos en un  mundo donde los intereses económicos son los que prevalecen por encima del arte como la mayor parte de  galerías y esa gran mayoría de críticos que dependiendo de sus "intereses" ensalzan o ignoran a un artista sin saber que es el arte ni que es un artista.

Para mi ayer fue un día cargado de emociones, pues muchas de las salas donde tanto se trabajo, han sido abiertas al público una vez terminada su restauración, y sentí en ellas la presencia de aquellos años en que como yo, muchos peleamos por aprender lo que es el arte con un único fin, dominar no solo la mano, sino construir además nuestros conocimientos para conseguir el suficiente talento y a través del estudio de todo lo que desde entonces nos rodeaba, vivir a cada segundo ese gran laberinto de formas, colores y sonidos,  y así a través de ellos, comunicarnos con el resto de los seres que pueblan este mundo sin la necesidad de conocer sus idiomas, ya que el arte solo habla una única lengua y esta sale del corazón de un  artista para llegar con su verdad a la parte más sensible del espectador.