Te dirijo a ti querida Eli, este espacio por ser de las pocas, casi la única que me trasmite una grata sensación de paz, me mandas una suave y tenue luz como guía en mi mundo de creación para que ilumine mis fantasías, mis obras. Tus ánimos son vitales para mi, pues están llenos de impulsos que me obligan y con gusto, a pensar en lo incorpóreo, pero siempre perceptible en lo más profundo de un sentir. Ello me ayuda a distinguir el espacio como elemento solido y perceptible. Dentro de mi desbordada imaginación, surgen formas y esas formas adquieren colores y esos colores vida.
Tú, como maestra del arte de las letras, hábil en mezclar las palabras, mensajeras de bienes, ilusiones y gratas fantasías, a través de ellas das sentido a lo que nos rodea, perceptible para unos, inmaterial o no perceptible para los más, te unes a mis apreciaciones de lo ireal para dar forma o lo anímico y conseguir que lo que ni tiene forma, ni tiene color, ni olor, adquiera sentido y nazca desde ese caos, formas que crean vida, tanto por sus colores como con tus palabras. Tú sabes jugar con ellas para que la vida, la vida de los que saben sentir, tengan un asidero para agarrarse en el mundo de la esperanza, esperanza de entendimientos de que lo no visible también es real.
Tu le das forma a través de tus palabras, yo a través de los colores, de las materias, de los volúmenes. Ellos, como para ti las palabras, son las que crean ese diálogo, tal vez y en pocos casos, gritos y llantos tal vez lamentos, pero lo que más, la ilusión de un mundo que llene el espacio, que el orden no sea el desorden y que lo sublime este en el espacio para disfrute de todos, de todos y no de unos pocos como somos ahora.
Tu luz, esa luz calmada y tranquila que me mandas y encabeza este pensamiento hacia ti, es la luz que en mi calma y mi mas placido sosiego, abre la puerta de la creación, de ella manan como fuente cientos de ideas para expresar al mundo todo cuanto siento dentro de mi, acumulado desde el día en que me decidí que quería era manifestarme a través de las formas, de los colores, de los volúmenes.
Gracias Eli por las luces que me mandas, unas veces, las mas, convertidas en palabras o tras como esta en una bella y dulce imagen que calma los ímpetus de una posible creación sin lógica y presa de una locura sin sentido.
Seguiremos haciendo agujeros en el vacío y llenando el espacio de ilusiones y revolviendo lo absurdo para que adquiera forma y cordura en un coloquio donde las locura sea lo más juicioso.
Agradezco a Dios, el hermoso privilegio de conocer a seres "virtualmente imposibles" en un mundo ávido de magia. Y uno de ellos, es Vicente López Alcayna. Un Artista que no ocupa titulares, sino entrañas. Alguien en cuya mano, la noche es menos guadaña. Un amigo más grande que las distancias. Un pintor de quien aprendo a colorear las palabras. Vicente, nuevamente te doy gracias, por ser sol, flor y ventana. Alma de las pinceladas. TQM...
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