Seguidores

miércoles, 4 de agosto de 2010

Y AHORA PARA QUÉ???????

Soy uno más que la memoria de los nombres de grandes artistas, (los de las personas no me alteran ni me preocupan), no consigo recordar, pero su vida, la de esos grandes hombres y mujeres, han dejado una profunda huella en mi. Lo peor es que no es por su obra, sino que además por sus vivencias.

Hace ya bastantes años leí la historia de un pintor, se caso con una compañera de estudios, creo recordar que la carrera de Bellas Artes la efectuaron en la Facultad de San Fernando de Madrid, allí se conocieron y ya nunca más se separaron hasta que un buen día ella lo abandono, pues así lo quiso la vida, así lo quiso Dios.

En su ánimo de triunfar según su criterio sobre el arte, poder entrar en la cuna de los movimientos artísticos que en esa época, se desarrollaban concretamente en Paris, hablo de principios del siglo veinte. Dicha ciudad como es notable que conozcamos, fue líder en el arte más avanzado del mundo, donde nació todo, lo revolucionó todo, fue el tronco y la raiz del expresionismo, de la abstracción, del surrealismo, fovismo, dadaísmo, en resumen de todo cuanto ahora ya no nos queda nada por inventar, ellos fueron los verdaderos creadores de todo, hoy para su desgracia o nuestra desgracia, es Nueva York, pero me queda la esperanza que algo quedó en es bella ciudad con tanta historia en el mundo del arte pues me resisto a que tanto no haya servido para nada, sólo para mantener el nombre de un museo.
Su vida en Paris fue un verdadero desastre, el pintor, metido en las más revolucionarias vanguardistas expresionistas, ella escultora y con la misma idea. Él era el apoyo de ella, y ella, su apoyo, juntos, unidos el uno al otro vivieron su mundo de arte. Jamás fueron por los críticos, galerías y demás personajes de peso en aquellos años, ni tan siquiera observados, jamás tuvieron un comentario halagador por su obra, el desprecio que recibieron era tal que otros hubieran desistido en su empeño, ellos  resistieron. Vivian en una Roulotte y trabajaban como podían, comían si tenían dinero o si no, amigos artistas  también, les echaron una mano, jamás les falto el calor de muchos de ellos, amigos de verdad, esa especia tan rara que parece que no existe. Que grandes tiempos aquellos donde sólo las nuevas formas de interpretar el arte, el apasionamiento por los cambios, romper con los cánones marcados por burguesías decadentes, luchar contra las críticas de los críticos mas próximos a las opulentas clases en que al arte estaba en sus manos, casi como ahora, pero dedicados a la búsqueda de la más absoluta verdad en lo tocante al arte como medio de expresión. Toda aquella época con hambre o sin ella, era la muestra del más apasionado valor y amor por el arte. Vivian una gran cantidad de artistas y digo artistas, no artesanos y dóciles discípulos de escuelas donde lo único que aprendían era el noble oficio de pintar, de esculpir lo suficiente para agradar a esa degradante burguesía que pletóricos por sus riquezas, compraban obras según lo opinión de esos expertos críticos y galeristas que tenían el maná de los egos de los compradores a su entera disposición, algo así como ocurre o ocurría en estos tiempos, donde se disputaban la posesión de tal o cual obra realizada por un diestro artesano de hábiles pinceles, hoy con la ventaja de no tener nada que descubrir, pues ya lo hicieron los verdaderos allá por los principios del siglo y no era precisamente el veintiuno, mas bien entre finales de diecinueve y principios del veinte. Estos, lo grandes, los hoy valorados como se merecieron, dejaron su vida por algo que creían, por lo que lucharon y este pintor y a su mujer al que le dedico este escrito por respeto, admiración y al mismo tiempo con mucha tristeza.
La historia sigue así, tal vez alguien la conozca y pueda desempolvar mi cerebro y poder recordar su nombre, tema que me tortura desde hace ya muchos años ya que perdí por circunstancias que no vienen al caso toda la información que de ellos tanía como la de otros muchos pintores/as, que habrá sido de tantos años de coleccionismo y que tantos ratos tan gratos me hicieron pasar admirando todo y tanto como se hizo...
Siguiendo con la historia de esta gran familia del arte, un buen día, después de muchos años de penuria, su mujer murió, el se quedo solo, la roulotte, su obra la de su mujer y el vació. Juntos emprendieron un camino que no dio frutos, sufrieron la ignorancia y el abandono de todos esos grandes expertos, nadie les concedió valor alguno, ni a él ni a ella. Como no podía vivir sin ella, hada de sus sueños, musa de su creatividad, se hundió en sí mismo, ya a su edad nada podía hacer, los años te quitan la fuerza física para la lucha, la mente sigue viva, pero la mano temblorosa, a los casi ochenta años, no te queda futuro, ni esperanza, tal vez ilusión, pues es corto el tiempo para volver a empezar y solo te queda seguir el camino trazado dejando paso a los que te preceden, esos jovenes que no te conocen ni les interesa conocerte.
Sus amigos, la mayor parte artistas y parece ser que con generoso éxito, no quisieron abandonarlo en ese estado y le buscaron una residencia, creo que en Málaga. Para sufragar los gastos de dicho lugar expusieron su obra en una galería de París, no se en cual, nunca lo supe. Tal fue el éxito, que el valor de dicha obra fue impresionante pues podía a partir de ese moemnto de su vida  pasarla con espectacular holgura junto al más esplendido reconocimiento a su trabajo como artista, al que había dedicado la vida de su mujer y la suya propia. Fueron un grupo de amigos, parte de los que organizaron dicha exposición, henchidos de ilusión a darle la buena nueva, no sé si en tren o con que medio llegaron a Málaga y corriendo lo buscaron por la residencia. Según recuerdo estaba en el jardín sentado en un sillón de mimbre con la mirada puesta en el horizonte. Después de darle grandes y fuertes abrazos le dan la noticia del éxito que ha tenido su obra en Paris, donde todos se la disputaban y todos influidos por los críticos querían poseer algo de él. La crítica impresionante, las alabanzas indescriptibles, su obra presta para estar en los museos...él, sólo él, a sus ochenta años en una residencia de Málaga y su mirada puesta en el horizonte, de su boca salieron estas palabras, "ahora a mí qué coño me importa" "ya no está ella y esto era para ella y ya no lo puede ver".
Esta es la historia de este gran artista donde no consigo recordar su nombre, pero no puedo olvidar su vida. Me imagino su época de estudiante, peleando como muchos contra lo establecido, buscando lleno de ilusión junto a su mujer ese espacio que los dos, codo con codo, dedicaron toda su vida, y me pregunto... Para qué y para quien.
Él si sabia para quien, el resto no.Las obras que ilustran este comentario no son de él, por circunstancias ajenas a mí se perdieron como ya he dicho, toda la documentación que poseía de su obra y su vida, pero lo que expongo es en honor a una pareja de artistas de verdad, no de pintores de cuadros en serie y no en serio, ya que carecen como la mayoría, del don del genio, solo les queda lo único que sus cortas mentes les permitieron aprender, oficio. A él y a su mujer el genio ese factor que pocos tienen el honor de poseer y a través de él, dialogar con el espectador. Que Dios recompense todo el amor que derrocho por su mujer y los dos por el arte.

He elegido esas obras por puro azar, dejandome llevar sólo por mi sentido espiritual. Sólo las tome prestadas para dar crédito a un homenaje de un excepcional artista y he querido que con mi reconocimiento de su vida dedicada a este maravilloso sacerdocio, dejar patente que además de vivir rodeado de los más grandes, fue uno de ellos, ¿para qué? ese es su legado que dejó a quien más quiso en este mundo.

1 comentario:

  1. Su alma como la tuya, hurgaba el hueso, volviendo a abrir las puertas del espacio. Y es que siempre cuesta tanto, dejar al mundo más claro.

    Venciendo los pronósticos, tal cual la naturaleza.

    Un abrazo a tu corazón incesante.

    ResponderEliminar