El otro día, uno de tantos, salí a dar un paseo, cosa muy habitual en mi, pues es raro el día que ni lo hago. Esta vez cambie el rumbo, deje la ciudad de las artes y las ciencias a un lado, quise ver y revivir, pues hacia tiempo que no lo hacia y volver a descubrir el arte expuesto en las galerías. Se que los meses de verano son los peores. Después de un desolador invierno donde no sólo las galerías estaban vacías de público, no solamente se exponía obra de su propiedad con apariencia de colectivas, es que casi no se veían puntos rojos ni verde al lado de las obras, obras de pintores con cierto nombre, no hablo de gustos, pues lo expuesto no está en mi línea, ello no es motivo de mi crítica, si en la forma ya he de pensar en la necesidad del pintor, no artista, ese término lo adjudico en muy contadas ocasiones.
Volviendo a mi paseo por las galerías, duró muy poco ya que son pocas que pude ver por el horario. Antes en épocas más relucientes económicamente, cerraban sobre las nueve de la noche incluso más tarde, hoy no más de las ocho por lo cual no pude ver más de tres o cuatro. Su contenido salvo una, era realmente lamentable, no es que fuera mala la obra, simplemente que no es de mi gusto y si del galerista que amarra todo lo que puede para conseguir una venta fácil dado los tiempos. Busca para ello a pintores, que tal vez por su precio, su necesidad de supervivencia, incluso por su mediocridad, hacerles creer que es pintura fácil de vender, no es que arriesgue la galería, el que arriesga es el pintor, ese que pinta para su sustento, el artista, el creador pinta o hace esculturas por su propio bienestar psíquico, por una necesidad imperiosa que sale desde dentro y se manifiesta en el exterior a través de una obra que tal vez para muchos es un absurdo y de tales absurdos vive ese creador, nunca del dinero que pueda aportarle dicha obra. Obra una vez terminada, tal vez ya en su interior, ha nacido otra o esta es la primera de su denuncia o de su coloquio con el espectador, este es mi caso, prefiero una buen diálogo que a una denuncia del tipo que sea donde nada voy a conseguir, eso creo yo de mi, nada opino de otros que tal vez si lo consigan, permítanme que lo dude. Volviendo al tema ya que me he ido por las ramas con los absurdos del arte, hoy antes de exponer paga los gastos de la galería, o sea que ya no es como en las épocas gloriosas donde la galería te buscaba, exponía tu obra y la final después de las ventas, se hacían números, si se vendía, se descontaban los gastos, siempre a favor de los comerciantes agrupados entre galeristas, críticos, o sea, los que no arriesgan ni siquiera la luz o la pluma para escribir sobre ti con un léxico que no lo entiende ni la madre que los pario, lo digo con conocimiento de causa, mas adelante lo contaré uno de mis casos. Bien, pues este grupo, nada arriesga. A pintor caído otro tonto por necesidad caerá en sus redes y si se defienden, ahora muy mal, es vendiendo en su estudio, detalle que los galeristas repudian, pues son como hacienda y el dinero negro, ni lo huelen y les cabrea un montón, le dan pie al llenado de su caja, yo me alegro.
En una de las galerías que visité, oh que sorpresa, y hablo de una galería de alto renombre entre ellas, el incauto pintor, después de un derroche de técnica ( a mi no me gustó, pero eso es personal) cojo un tarjetón, ya no da para catálogos y leo lo siguiente, " Inauguración del pintor tal desde el 25 de Junio al 25 de Julio, Un mes coño, nada más y nada menos que un mes, jamás lo he visto más allá de quince días y si en los primeros cuatro no se vende algo, ya la puedes descolgar, pues la ventas serán cero. a este pobre le meten un mes, ¿saben usted lo que vale un mes de galería?????? vale más que lo del anuncio de la reparación de coches que además del brazo, un ojo de la cara hay que sumarle un par de huevos, ahí es ná. Bien, pues el susodicho pintor no ha tenido ya no digo ventas, sino que en el decimotercer día sólo mi visita. Esa obra no creo que la haya hechos en un pis pas o en un pim-pan-pun de pinceles y colores, vi más de un año de trabajo para nada, ni tan siquiera un puntito en plan trampa de color verde, nada de nada y le quedan aun un veintitres días si no se le hinchan los cojones por lo absurdo de la exposición, el gasto de la galería, el vino que tuvo que dar si fue alguien, que por ser por el morro seguro que si y tal vez bastantes, pero de comprar nada de nada. Lo peor es que aún le quedan un montón de días de un inimaginable sufrimiento y una despedida de sus vacaciones, ya que esas pelas seguro que las tiene la galería para regocijarse en una tumultuosa playa del Levante español o con suerte un buen viajecito, esos para llenar el curriculum, pues ya saben que el papel lo admite todo con el fin de deslumbrar a incautos como ese pintor. Uno más que les llena las arcas sin mover el culo de su silla de ese despachito tan cuco que tiene en unos casos galeristas muy antipáticos y en otros esa nenas muy altivas que apenas te hacen caso, si la venta no se efectúa sola, para que molestarse, se joda el artista o el pintor.
Poco apoco, día a día, iré contando hechos que he presenciado, tanto de pintores con un alto grado de reconocimiento como de alguno y no digo chungos, pero si novatos que se comen los mismos roscos que los de alta alcurnia artística gracias a los "galeristas y los gareristos" (¿Lo pillan?). De ello no me rio, pues lo que siento es una gran tristeza que después de tanto esfuerzo, tanto de unos como de los otros que además de equivocarte para que sean menos artista y más comerciales con el único fin de que la posible venta sea para ellos lo suficientemente cómoda que solo tengan que poner esa pegatina de color verde o con suerte roja, ¿de hablar del autor?, ni media, no lo conocen ni les interesa conocerlo y si lo hacen no tiene ni puta idea de como es.
Seguiré con el tema, pues necesito un buen descanso, temo que el cabreo no me deje escribir con imparcialidad y contar los hechos tal y como son y eso no está nada bien.
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